ELABORACIÓN
Esta deliciosa creación tiene origen austriaco. Se trata de un delicioso y esponjoso bizcocho de chocolate, cortado por la mitad y relleno de mermelada de albaricoque. Después se cubre de chocolate y se deja que este caiga hasta los bordes de la tarta.
Fue creada por Franz Sacher en el siglo XIX, y se sirve desde entonces en el hotel y la confitería del hotel Sacher, en Viena.
QUÉ NECESITAMOS
Para el bizcocho y el relleno:
Mantequilla.
Almendras peladas.
Huevos tamaño grande.
Azúcar glas.
Azúcar blanco.
Cacao puro en polvo.
Harina de trigo.
Levadura química en polvo.
Mermelada de albaricoque.
Para la cobertura:
Nata para montar.
Chocolate para fundir.
Mantequilla sin sal.
Agua.
PREPARACIÓN:
Lo primero que vamos a preparar es el bizcocho. Para ello comenzamos dorando las almendras, puedes hacerlo en una sartén apenas 5 minutos a fuego medio y removiéndolas para evitar que se doren demasiado.
Con una picadora las trituramos y las dejamos como si fuera una harina gruesa para que se mezcle perfectamente con los demás ingredientes. Reserva.
Precalienta el horno a 170ºC mientras preparas el bizcocho.
En un bol grande mezcla la mantequilla - que deberá estar a temperatura ambiente - y el azúcar blanco, y bátelo bien hasta que la mezcla sea densa y blanquecina y el azúcar se haya integrado con la mantequilla.
Ahora vamos a montar las claras. Los huevos deberán estar a temperatura ambiente. Sácalos de la nevera al menos media hora antes de comenzar a manipularlos. Separa las yemas de las claras dejando las claras en un bol grande y móntalas con unas varillas manuales o eléctricas. Cuando estén casi montadas añade el azúcar glas y sigue con el proceso, procurando que no queden muy duras.
En el bol en el que teníamos la mantequilla y el azúcar añade las yemas de una en una batiendo a la vez, y haz lo mismo con las almendras molidas. Incorpora también el cacao a través de un colador para que no tenga grumos y sigue batiendo hasta que todos los ingredientes se hayan integrado entre sí.
Incorpora las claras poco a poco y mezcla con movimientos envolventes con ayuda de una lengua de cocina para que no se baje su esponjosidad.
Con la ayuda de un colador, echa la harina haciendo que pase por él para que se tamice, es decir, para que caiga a la mezcla sin grumos y se disuelva mejor. Haz lo mismo con la levadura química. Mézclalas también con movimientos envolventes.
Forra un molde redondo con papel de horno y echa la mezcla del bizcocho. Estas cantidades son ideales para un molde de 22 cm, ya que si es más grande te quedaría demasiado bajo. Introduce el molde en el horno a altura media y hornea alrededor de 35 minutos. Para comprobar si está listo, introduce un palillo en el bizcocho para ver si sale limpio. Si no, déjalo unos pocos minutos más pero vigilando no pasarte para que no pierda jugosidad.
Sácalo del horno y déjalo enfriar 10 minutos dentro del molde. Después desmóldalo y déjalo enfriar completamente para seguir con el siguiente paso.
Divídelo en dos partes y dale la vuelta al bizcocho, así quedará visible la parte de abajo que será más recta y lisa. Rellénalo con la mermelada.
COBERTURA:
Pon la nata en un cazo, y cuando hierva aparta del fuego y añádele el chocolate ligeramente troceado y la mantequilla. Con una lengua de cocina remueve bien hasta que el chocolate se disuelva por completo. Hazlo rápidamente y mantenlo caliente. Incorpora las cucharadas de agua, es el truco definitivo para que la cobertura fluya por la tarta y quede bastante liso.
Ten preparado el bizcocho encima de una rejilla y ésta sobre una bandeja porque el chocolate va a hacer su aparición.
Vierte por encima la cobertura de chocolate directamente del cazo hasta que cubra la superficie y escurra por los lados.
Déjala enfriar al menos media hora.