ELABORACIÓN
Lavar los fresones y retirar los rabitos verdes. Trocear en pedazos grandes y poner en un bote de cristal para conservar. Verter el vinagre de vino blanco sobre el fresón y tapar. Dejar reposar siete días en un lugar fresco y oscuro. Pasada la semana, filtrar con un colador fino o una manga para retirar cualquier resto de fruta. Conservar el vinagre en una botella bien tapada. Resulta un vinagre rojo, de gran aroma a fruta y menos agrio que el tradicional, ideal para ensaladas frescas y aromáticas o para quien por su paladar quiera un vinagre más suave en sus platos. Con las fresas resultantes se puede preparar una salsa agridulce: cubrir esta fruta ya macerada en vinagre por 3 cucharadas de azúcar, una bolita de pimienta rosa y dos cucharadas de agua. Añadir un pellizco de sal. Llevar a ebullición y dejar reducir tapado, a fuego bajo, hasta que se forme una salsa. Colar y probar el punto y corregir si fuera necesario el azúcar. Acompaña bien al rosbeef, las carnes frías, los arroces y otros platos orientales.