ELABORACIÓN
Antes que nada, los utensilios a utilizar tienen que estar muy limpios, así como las manos.
Se baten hasta que estén blanquecinas las yemas de huevo con el azúcar extrafino.
Se incorpora la leche fresca y la crema de leche hervida previamente y en la que se habra dejado el tomillo en infusión.
Poner este preparado al fuego y , removiendo sin cesar llevar casi al punto de ebullición.
La consistencia del preparado ha de ser tal que cubra una cuchara, pero no ha de llegar a hervir para no cortarse.
Se mete durante 24 horas en la nevera a unos 3 º centígrados para que tome el sabor la mezcla.
El tomillo se habra retirado antes de relizar esta operación.
Se saca y comienza el proceso de mantecarlo, es decir introducir aire en la mezcla.
Si no se dispone de una maquina de helado, se emplea la batidora a velocidad baja con las varillas de montar nata o claras, así toma un aspecto cremoso y se evita la creación de hielo.
Se introduce en el congelador a -23º centígrados, durante más de media hora.
Se saca y se vuelve a mantecar, batir, durante dos o tres minutos, hasta que quede cremoso.
Se introduce de nuevo en el congelador y se repite el proceso al menos 4 o 5 veces.
Una vez terminado y cuando se vea que el helado esta frío y cremoso, se introduce de nuevo en el congelador poniendo a máxima potencia y cubriendo la crema del helado con una tapa, se deja así dos horas y el helado estará hecho y preparado para consumir cuando se quiera.
El sabor a tomillo del helado tiene que ser muy ligero.
Se mete en el congelador y se saca cada 20 minutos y se bate con suavidad para evitar la creación de hielo.
Esta operación se realiza tres veces, luego se deja en el congelador hasta que el helado se haya cuajado